Elaborar la mejor Monastrell del Mediterráneo. Ese era el objetivo de Carchelo con la elaboración de Muri Veteres. Tres años después del lanzamiento de este vino ve la luz su segunda añada, la 2017. Comienzan a comercializarse las primeras botellas, que salen principalmente para el norte de Europa. Aunque el mes de julio (a nivel nacional) no es el momento de mayor consumo de tintos, Muri Veteres no tiene miedo a nada. Ha esperado paciente casi tres años en botella y un mínimo de 12 meses en foudres cúbicos y barricas usadas de roble francés de 225 litros. Ha llegado su hora, el tiempo ha terminado de afinar una Monastrell de libro Procedente de viñas viejas en pie franco, un viñedo de secano rabioso asentado sobre suelos pobres con una gruesa cubierta caliza, fondo arenoso y roca madre a poca profundidad. Una pequeña parcela de ocho hectáreas de extremo secano, situada a 600 metros de altitud en la ladera sur de la Sierra Hermanillos, Jumilla.
Desde hace casi 15 años Carchelo mima esta pequeña parcela, a la que no se le ha aportado desde entonces fitosanitario alguno, solo un mínimo de nutrientes de origen orgánico, con el objetivo de que sea la tierra la que defina el vino.
La vendimia de esta nueva añada se realizaba un 2 de octubre de 2017, a primeras horas de la mañana (las más frescas del día) y de manera manual en pequeñas cajas de 15 kgs. El viñedo dejaba una producción bajísima, menos de un kilogramo por cepa, dando como resultado final una producción limitada a 6.083 botellas de 0,75cl y 390 mágnum.
Toda la vinificación se ha llevado a cabo en madera, ya que realiza la maceración y fermentaciones alcohólica y maloláctica se realiza en foudres cúbicos de roble francés de 1.900 litros. Tras esto, una parte del vino realiza la crianza oxidativa durante unos 12 meses en barricas de roble francés y el resto en los mismos foudres cúbicos en los que realizó la fermentación.
En su embotellado, Muri Veteres utiliza corcho natural con tecnología DS100 de Corck Supply. De este modo siempre estará libre de TCA al haber sido previamente analizado por un panel de catadores especializados (saber más).
La nueva añada de Muri Veteres refleja el carácter y la elegancia de la Monastrell. Predominan en nariz los aromas a fruta negra madura, balsámicos y de monte mediterráneo, junto a ligeras notas especiadas y torrefactas.
Un vino que es aterciopelado, sápido y mineral, con frescura y sutiles especiados que le aportan complejidad y largo final en boca.
Muri Veteres 2017 ya ha conseguido numerosos reconocimientos como la medalla de oro en los Premios Bacchus, 92 puntos en Guía Peñín, 95 puntos en la Guía Proensa y Semana Vitivinícola, o 94 puntos Andreas Larsson MS y Guía Gourmet.