El desborre en la viña. Nace la futura cosecha

De sobra es conocido por todos el refrán popular español la primavera la sangre altera. Nos altera, en principio para bien, a las personas, a los animales y, en este caso (faltaría más), también a las plantas.

Nos volvemos más vivos, más felices, nos inunda el color, la luz…. y a nuestros viñedos también.

Tras el letargo del invierno, donde la planta ha estado dormida (la savia no corría por su interior), toca despertar e ir creciendo hacia una nueva cosecha.

La temperatura en esta época del año va en ascenso, también la del suelo, y las raíces lo notan. Es en este momento cuando la savia comienza a circular por la viña, activándose su sistema radicular. Esto motiva el lloro de la vid, que nos anuncia su vuelta a la vida.

Tras el llanto, producido ya hace unas semanas de manera natural por la viña y cuyo fin no es otro que curar posibles heridas originadas en la poda de invierno, asoma el color, asoma la felicidad, la planta se siente viva y tiene que expresarlo al mundo, ¡es el momento del desborre!

En las yemas ya hinchadas de la viña comenzamos a visualizar el futuro crecimiento de los brotes (o pámpanos). La futura cosecha se está empezando a fraguar. Esto se produce cuando las escamas protectoras de las yemas se abren y la borra (tejido fino parecido al algodón) sale al exterior .

No todas las yemas de la viña desborran a la vez. En primer lugar lo harán las yemas de los extremos de la rama y posteriormente las que se encuentran en el tronco o en la base de la vid.

La naturaleza nos asombra en cada estación, y aquí os lo iremos contando.

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